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relatoscortos

ES UNA FORMA DE COMPARTIR, RELATOS Y OPINIONES

Nombre: carlos adolfo facal
Ubicación: tandil, buenos aires

lunes, junio 27, 2005

UNO DE ESOS DÍAS

En la alfombra, tres centímetros de agua. Del armario salen hormigas y otras entran con fragmentos de pizza de la noche anterior. La inundación venía sin dudas desde el baño chico directo a mi habitación. En el taparrollos, la familia de murciélagos se despertaba tarde, pero sin resaca.
En conflicto reciente con mis recuerdos, reacciono y busco la conexión con la realidad. Seguro fue una más de esas noches. El trabajo convertido en una espera lerda y mi jefe eligiendo las mejores palabras para putearme sin perder altura.
Las pelotas llenas, el deseo de alejarme de mí, de la ciudad, del bajón, del olor a patas, del alcohol...
El mismo juramento que no voy a cumplir, los mismos miserables consejos de amargos compañeros y el espejo más jodido y concreto que antes.
Las medias jugando a la escondida y los cordones que me desafían desde el suelo y que para atarlos tengo que partir mi cabeza. Trato de disimular el dolor en la boca del estómago. Es la ulcera pidiendo una explicación.
La mañana se aleja, el reloj acusa las diez y parece que la fecha cambio... pero se salteo una.
Miro por la ventana del baño, Angel saliendo de viaje como todos los miércoles. Lastima que hoy es martes.
La angustia me aprieta el pecho y la culpa que siempre tiene algo que reprochar. Será que rompí la mesa esta vez, o patee el televisor. Ah... ya recuerdo que María pasó a romperme las bolas. Seria interesante que hagan un programa de reality conmigo, así les preguntaría como estuve anoche.
No se quedo a dormir. Es raro. Me acerco al ropero en busca de las botas. Me asomo al pasillo, veo un fragmento del living y me doy cuenta que el desorden supera el habitual.
Mis libros en el suelo, dos botellas vacías de whisky, los zapatos de María, mis lentes con un vidrio roto.
La angustia me carcome y comienzo a temblar, no me acuerdo de nada, siento frío, el sudor que me recorre, el aire denso, es espantoso... me acerco y en el suelo la maravillosa figura de María desnuda, tan sensual y atractiva, aun con las marcas de mis celos por todo el cuerpo, entre sus senos pequeños, en sus piernas delgadas. Y apenas oculto en su delicado y fino cuello, el detalle del golpe final con el que la maté.






KALY
2004

lunes, junio 13, 2005

UNA INMENSA CÀRCEL CON UNA SOLA VENTANA

Desde que tengo memoria sólo puedo ser testigo,
todo sucede a mí alrededor, e visto cosas que pocos pueden imaginar,
si tuvieran idea de lo que es esta sensación.
Pero no guardan respeto ya no les importa agredirme, humillarme.
Han abusado de mí de tantas formas y en tantos sentidos.
Si supieran que sé, que no pueden descifrarme,
si pudieran entender, que vivo en una cárcel inmensa con una ventana.

INFIERNO

Una reunión de bocas secas, éramos quince en una mesa larga
entre miradas de ojos desorbitados,
manos rápidas ansiosas y húmedas, movimientos bruscos.
El diablo en las botellas, en las palabras de todos,
aterrados y derrotados por su mejor amigo,
su mejor compañero.
Llenos de anécdotas que ya no las pueden contar.
Jarrones inmensos con agua, susurros hirientes,
Tanta angustia, tanta soledad y la enfermedad los une como un código del dolor.
Quince desolados corazones desperdiciados amontonados de fracasos,
encerrados en libertad, privados, por su condición.
Todos anónimos.
Todos alcohólicos.

HAY QUE VER

Él era travestí y ella lesbiana, había que ver la voluntad que ponían al practicar el kamazutra

EL PLOMERO

El plomero pateo, se retorció, babeó, escupió, gimió, rabió y empujó.
Luego suplicó, lloró y rezó.
Yo por ningún motivo deje de apretarle el cuello.

DISPARATE O SENTATE

Pepe tornillo se aflojo y dejo la botella, quedo bien con Carlota
Al hijo de Mentieta todo le importa poco, pero todo idiota tiene un limite,
el jefe del periódico se tomó el tiempo completo para estar al pedo
ni Felipe ni el hermano de Juan Carlos tienen los huevos tan largos
y el falopero Bernardo arma petardos de metro y medio de largo.
Cuando elijo escojo y no rengo, a veces me equivoco, viajo un rato lento,
y otro ratito vengo, tanto tengo nada vendo, soy de Santiago del Estero.

OTOÑO

Cabe la posibilidad de que hoy sea igual a otro día cualquiera, que el sol ilumine un tiempo y luego la luna haga lo suyo. Que no me interese conocer a nadie, ni me atrape el crepúsculo cerca del mar, ni encuentre inspiración en el silencio de la tarde.
Que ocurra un pequeño choque automovilístico y en la biblioteca un mediocre mejor que yo, presente su opera prima para quince primos y dos tías.
Quizás mi mal humor continúe sin dejarse seducir por nadie y la repetición de mentiras del bar, no llamen mi atención, seguramente me mires desconfiando de mi locura y yo me oculte entre culpas repartidas.
Tal vez sea otro barato día de otoño que se oculta entre sombras de bruma, niebla y soledad.
Pero puede ser también que me equivoque
y no sea así
y me quede haciéndote el amor por la tarde
y la noche nos amarre entre las sabanas
y no te quieras ir
y el frío no tenga chance contra el fuego del hogar
y desees un plato de pollo grillado y salsa de tomillo.
Y la locura sea un virus liviano que ya no me pertenezca
y me atreva a tener fe
y no muera en el intento
y mi poesía tenga adeptos y no haya porque volarse la cabeza con pólvora y perdigones

miércoles, junio 08, 2005

ANGELITOS NEGROS

ANGELITOS NEGROS


Angelitos de manos sucias y miradas de ombligo
con vicios de poca monta y pecados de medio pelo.

Con vida de algunos años...

Angelitos sin padres, con muchos hermanos y grandes amigos.
Angelitos rebeldes que valen la pena,
que charlan de todo y se ríen de nada.

Saben que el tiempo les perdona esos años...

Angelitos negros que adoran la noche y se duermen de día,
que miran la luna, van solos de a muchos y de la escuela se olvidan.

Te abrazan con fuerza, te confunden con otro.
Te trabajan un rato, te piden un mango, te toman el pelo.
Te convidan cerveza, te roban la bici y te piden perdón.

Angelitos negros del barrio de al lado...

Al final te agradan y el día menos pensado se van con la tarde
Y en silencio, te quedas mirando.

martes, junio 07, 2005

ES HORA

Es hora de putear,
de tocarle el culo a la nena,
de escupir por las ventanillas,
de mostrar los calzones rotos,
de andar borrachos a media tarde, de exhibir el pito.
de enojare, de mentir,
de pegar los mocos en las sillas, de trabar a las viejas.
de tirarse pedos en los ascensores,
de pellizcar a los pendejos, de robar la limosna de los pobres.
de acercar a los cieguitos al precipicio,
de toquetear a las mujeres de los amigos.
de tomar alcohol adelante de los recuperados.
de fumar marihuana en las salas de espera.

Es hora de mostrar de qué estamos hechos.

ROBERTO VITTORINO

Roberto Vittorino había participado en dos guerras. Con 68 años, demasiado pasado y la pérdida de su único hijo en una de ellas, se había convertido en un silencioso y sereno ser. Cobraba jubilaciones como ex combatiente y visitador médico.
Su vida transcurría en el fondo de su casa, en el jardín de invierno, y en compañía de Angélica, su mujer. La pobre estaba enferma se perdía por la casa y rara vez lo reconocía. Generalmente lo confundía con los amantes que había tenido mientras Roberto se encontraba fuera. Muchos creían que le tenia el mismo cariño que a “Tito”, su perro, o un poco menos. Él siempre estaba asistiéndola, pero en cada espacio de tiempo que tenia se escabullía al galpón vidriado donde un espectáculo de flores y plantas se esparcían ordenadamente por el lugar. Roberto tenia rosas premiadas en todo el país y concursaban en el exterior.
También una plantación de bonsái. Ese era su pasatiempo y orgullo personal.
Sus amigos ya no vivían. Sentía como muchos que Dios había regado de hastío y soledad su vida. Tenía unos ojos fríos y lúcidos que se encastraban en un rostro sin gestos, como sin vida.
Las visitas eran casi nulas. Quienes de vez en cuando aparecían eran el hermano de Angélica con su hijo Jorgito, a quien Roberto describía como un mocoso malcriado. En una de esas visitas, por culpa del rapaz y ante el descuido de sus mayores una de las orquídeas casi pierde los pétalos de primavera. Roberto le prohibió volver a acercarse.
Las mañanas eran de café y charlas, primero con las rosas luego con los bonsái. Mas tarde realizaba una recorrida por sus favoritas, las rosas blancas y los jazmines. Les contaba cómo había amanecido el día, si hacía mucho calor, cómo se encontraba Angélica y la nueva movida en su partida de ajedrez que ya llevaba dos años, el progreso de la botánica en Europa, etc.
Tenía su propia formula en la preparación del abono que era una receta única, sólo por él conocida. Había inventado una maquina que lo trituraba y expandía ordenadamente.
Al llegar el mediodía preparaba el almuerzo para Angélica, se tiraba a descansar para luego disfrutar de la caída del sol junto a sus creaciones.
De esa manera transcurrían los días. En invierno dejando entrar el sol, en verano cubriendo los retoños, podando en las mañanas de primavera y abonando en las noches.
Angélica ni empeoraba ni mejoraba. Roberto nunca dejó de amarla. Por las mañanas le convidaba un beso en cada uno de sus hombros. Y en abril, como cada año le horneaba galletas dulces que luego compartían para el festejo de su cumpleaños. Sólo que este año fue diferente, recibieron la inesperada visita de Jorgito y su padre. Dado que nunca antes recordaban el cumpleaños de ella y menos aun se allegaban, los vio ingresar y le vino a la mente que estarían al calor de la herencia familiar que Angélica les dejaría a su muerte. Roberto los invito a pasar y les ofreció galletas recién retiraba del horno. Roberto les preparo té y prometio que luego del festejo tendrían un recorrido por el invernadero.
Así fue. Luego de la merienda, el sol en el crepúsculo apenas los alumbraba y con el apetito saciado, se retiraron a disfrutar del espectáculo floral. Jorgito estaba tan excitado, no podía creer que se encontraba en el lugar sagrado de su tío, en el paraíso. Roberto caminaba lento como flotando entre los canteros. Su mirada certera y la sonrisa como una trampa de dientes, sin llamar la atención, amable como claramente nunca fue. Su respiración fue aumentando lentamente pero en ningún momento se agitó, ni siquiera cuando tomó a Ramiro de los pies y lo arrojo a la maquina trituradora, luego de matar a su padre con el pico de puntear.
En setiembre de este año Roberto ganó el primer premio en cultivo de jazmín y una mención especial en rosas. El jurado le pidió unas palabras. Humildemente y en voz baja dijo:
- El secreto, quizás, sea el abono.

OTOÑO

Cabe la posibilidad de que hoy sea igual al otro día cualquiera, seguramente el sol ilumine un tiempo y luego la luna haga lo suyo. Seguramente no me interese conocer a nadie, ni me atrape el crepúsculo cerca del mar, ni encuentre inspiración en el silencio de la tarde. Seguramente halla un pequeño choque automovilístico y en la biblioteca un mediocre mejor que yo, presente su opera prima para quince primos y dos tías.
Quizás mi mal humor continúe sin dejarse seducir por nadie y la repetición de mentiras del bar no llamen mi atención, seguramente me mires desconfiando de mi locura y yo me oculte entre culpas repartidas.
Tal vez sea otro barato día de otoño que se oculta entre sombras de bruma, niebla y soledad.
Puede ser también que me quede haciéndote el amor por la tarde y la noche nos amarre entre las sabanas y no te quieras ir y desees un plato de trozo de pollo con salsa de tomillo. Y la locura sea un virus liviano que ya no me pertenezca y me atreva a tener fe y no muera en el intento y mi poesía tenga adeptos y no haya porque volarse la cabeza con pólvora y perdigones.

JUAN PABLO II

JUAN PABLO II



Se ha muerto Dios el mas cercano,
lo lloran sus fieles y fanáticos,
son lagrimas de tanto y tanto verlo vivir.
Sus Scariotes lo mantenían entre morfina y delirios,
Escúchenme, se ha muerto el Dios de los hermanos.
Danzan con túnicas los mandatarios y en la plaza van tres días que nadie duerme.
Se fue de la tierra el único, los que quedan con ansia se organizan, miran de reojo y no levantan la vista.
Y en un rincón afila los cuernos el que nunca se ira.
Se escuchan disparates murmurados por aquellos que huelen soledad,
Se ha muerto Dios y ya no hay más.
Somos los huérfanos en manos de modernos diablos.
Ya nadie nos protegerá de nosotros.
Murió él, el más cercano.
Siguen rezando miles en el Vaticano.

ELEGIA A CROMAGNON

ELEGIA A CROMAGNON





El destino en llamas
humo de color gritos de todos... el mío,
miedo de todos... el mío,
no respiro no escucho me pisan, no te encuentro
el ángel volvió por nosotros.
El infierno está embriagador esta noche.
La muerte nos abraza
nos chocamos nos ayudamos nos atropellamos nos buscamos nos perdemos,
Se mueren nos morimos
¡No toquen la canción!
el diablo del rock, las cenizas la desolación,
sin puerta sin salida
¡Este infierno no es encantador esta noche!

QUINTO DÌA DE LLUVIA

Quinto día de lluvia en una semana de lluvia de un año lluvioso en el mes de las lluvias, con una de esas vidas lluviosas.
Guardado pero no del todo, al reparo de la soledad de agosto.
Entre las manchas de humedad de la pared, el espejo de Raquel me mostraba su rostro en un portarretratos de alambre y rosas secas.
Estar solo no me enloquecía tanto como encontrarla en cada caminata por la plaza, en cada cama que me acostaba, en los comunes comentarios de sus ex amigos a quienes a esta altura odiaba parejo. En el mercado, en la casa de la hermana, en el cine, en las manzanas asadas, en los ojos de cualquier mocosa y hasta en mi propio ser mimetizado por tantos amaneceres junto a ella.
A la espera de la muerte reconfortante, la fe se relega a los jóvenes cuando uno pierde lo único que lo ata a existir. La constancia del tiempo lerdo del reloj, la pereza al levantarse por la mañana, a veces confundido por una siesta larga. La rutina del alimento sin sabor, el día a día regando rigurosamente el rosal de Raquel y de tanto en tanto el naranjero bichado.
Lo que una vez fue vida es desperdicio; la ansiedad aburrimiento; los proyectos solo una colección de horas. Sigue lloviendo y porque no. Es lo mismo llover, llorar, gastar lo que queda del día en pensar en que pensar y Raquel siempre opinando. Ella sabía de todo y más ahora , como si importara, claro que le doy la razón, para que discutir.
Hay días en que se me confunde el amanecer con el crepúsculo. Eso es interesante. Terminar o comenzar ¡qué dilema para algunos!. Es tiempo de descansar, no me siento mal, es lo que necesito. Además la extraño tanto y no quiero perder su forma en mi mente traicionera.
Dormir es partir... mi vejez lo sabe. Mañana no será otro día. Algo me pone triste, no sé si es ese el sentimiento. Es el crepúsculo. Mejor, asi queda la luz prendida. Ojalá no tenga que apagarla mañana.