INFIERNO
Una reunión de bocas secas, éramos quince en una mesa larga
entre miradas de ojos desorbitados,
manos rápidas ansiosas y húmedas, movimientos bruscos.
El diablo en las botellas, en las palabras de todos,
aterrados y derrotados por su mejor amigo,
su mejor compañero.
Llenos de anécdotas que ya no las pueden contar.
Jarrones inmensos con agua, susurros hirientes,
Tanta angustia, tanta soledad y la enfermedad los une como un código del dolor.
Quince desolados corazones desperdiciados amontonados de fracasos,
encerrados en libertad, privados, por su condición.
Todos anónimos.
Todos alcohólicos.
entre miradas de ojos desorbitados,
manos rápidas ansiosas y húmedas, movimientos bruscos.
El diablo en las botellas, en las palabras de todos,
aterrados y derrotados por su mejor amigo,
su mejor compañero.
Llenos de anécdotas que ya no las pueden contar.
Jarrones inmensos con agua, susurros hirientes,
Tanta angustia, tanta soledad y la enfermedad los une como un código del dolor.
Quince desolados corazones desperdiciados amontonados de fracasos,
encerrados en libertad, privados, por su condición.
Todos anónimos.
Todos alcohólicos.
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