EL PLOMERO
El plomero pateo, se retorció, babeó, escupió, gimió, rabió y empujó.
Luego suplicó, lloró y rezó.
Yo por ningún motivo deje de apretarle el cuello.
Luego suplicó, lloró y rezó.
Yo por ningún motivo deje de apretarle el cuello.
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